Seguro que alguna noche que estabas contemplando el cielo, has visto un resplandor atravesarlo, y entonces has dicho ¡Una estrella fugaz! e inmediatamente has formulado un deseo, esperando que al pedirselo a la estrella, este deseo se cumpla. ¿Te interesa saber como comenzó esta costumbre y que son en verdad las estrellas fugaces? sigue leyendo.
Desde los inicios de nuestra historia hay muchas supersticiones acerca de las estrellas fugaces, tanto buenas, como malas.
Se creía que eran las almas de las personas, o que anunciaban un nacimiento, ya que había gente que juraba haberlas visto antes de un alumbramiento, de hecho se dice que los reyes magos siguieron una que les guió hasta el portal donde estaba el Niño Jesús.
En cambio también existen tradiciones que unen las estrellas fugaces a los malos presagios, que estas se divisaban antes de que ocurriese una tragedia o una muerte.

Sin embargo, dificilmente una estrella fugaz puede determinar el destino de los seres humanos, partiendo de que las estrellas fugaces, en verdad no son ni estrellas, son meteoros, es decir, partículas de polvo, hielo o roca que están en el espacio, y al entrar en contacto con nuestra atmósfera, se incendian dejando a su paso una estela luminosa, esto es debido a la fricción con la atmósfera y a la gran velocidad que van los meteoros (entre 10 y 70 km/s).
Los meteoros se denominan meteoritos cuando alcanzan la superficie de la Tierra y no se han desintegrado por completo. Los meteoritos pequeños y medianos se frenan rápidamente hasta unos cientos de km/hora debido a la fricción, y cuando caen a tierra (si llegan) lo hacen con poca fuerza. Solamente los grandes conservan la velocidad suficiente para dejar un cráter. Los meteoritos estan constituidos por hierro y roca.
Es difícil contemplar una estrella fugaz (meteoro) si se está en una ciudad con una gran contaminación lumínica, aunque en una noche oscura y despejada se pueden observar unas diez estrellas fugaces por hora. Además no todas las noches del año son igual de intensas en cuanto a meteoros.
Cuando la Tierra atraviesa la órbita de un cometa, compuestos de agua, hielo seco, amoníaco, metano, hierro, magnesio, sodio y silicatos, que presentan una cola de gas y polvo, se produce una lluvia de estrellas fugaces, ya que los fragmentos de material que el cometa ha ido dejando a su paso penetran en la atmósfera de la Tierra, pudiendo observarse una estrella fugaz (o meteoro) cada minuto.
Está claro que no podemos confiar en que las estrellas predestinen nuestras vidas, al igual que tampoco lo puede hacer el resto de la astrología, lo que sí podemos hacer es ir un día por la noche (sobre el 12 de agosto es una buena fecha ya que se produce la lluvia de estrellas de las perseidas, o a mediados de octubre, las oriónidas) al campo, y sentarnos tranquilamente a contemplar el firmamento, porque, sencillamente, es extraordinariamente increible.
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Oriónidas |
Muy interesante, sobre todo el título, que induce a leerlo
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